La he tenido que doblar, ya que, de lo larga que es, no cabía en la fotografía. Será porque es para un largo: dos metros diez, creo recordar (si algún día lee esto, me dirá: "Pero qué dices, exagerá..."). Le llamo en broma little bird: porque es grande como él mismo, de altura y de corazón, y porque le encanta observar con sus prismáticos a esos pájaros que surcan los cielos. También le gustan las estrellas -añadí una de colofón-, y últimamente vive entre letras, libro eléctronico en acción. Así que, éste es mi regalo de cumpleaños para que disfrute lecturas y siestas :)
¿La manta? Muy facilita: puntos altos, poco más, y aprovechando al máximo cada ovillo (si se me acaba antes de terminar una línea, lo empalmo con otro y continúo tejiendo -ya elaboré otra de este tipo-). ¿El resultado? Una manta sencilla y hermosa a la vez.