El fin de semana pasado nos reunimos en casa de una amiga con un objetivo: reciclar viejas camisetas proporcionándoles un nuevo look e incluso transformándolas en cosas totalmente distintas como bolsos o faldas. La experiencia estuvo curiosa sobre todo para alimentar la imaginación, ya que, en ocasiones, desechamos ropa, objetos y demás, sin ser capaces de ver su cara B.
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